Preeclampsia postparto: enfermedad silenciosa y peligrosa

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Tuve un embarazo muy sano, en todos los controles mis exámenes parecían de una niña de 15 años, todo perfecto me decía mi querida Doctora a quien aprecio mucho y le tengo un tremendo respeto profesional…

Por: Paola Nigrinis 

Nunca se me subió el azúcar, ni la tensión y aumenté los kilos promedio de un embarazo sano, en términos generales puedo decir que viví el desarrollo de un embarazo tranquilo sin mayor contratiempo.  

Para nosotros saber que Paz estaba sana, fuerte y llegando a término sin complicaciones, era un logro que celebrar. Nuestra hija era un milagro por el que habíamos pedimos por mucho tiempo.

En la dulce espera me encomendé a Dios y a la Virgencita María. Sabiendo que ella y yo estábamos viviendo un embarazo normal, me dediqué a hacer lo que hacemos las futuras mamás de hoy, hacer un checklist de cuáles eran las cosas que necesitaba para su llegada. Además de leer sobre método montesorri, crianza respetuosa, apego, lactancia exclusiva, colecho y porteo.

En ninguno de los libros, artículos o videos encontré información sobre el postparto, tal vez recuerdo haber leído muy por encima sobre la cuarentena, pero esto era un tema que ya tenía resuelto.  Tenía la tranquilidad de contar con una licencia de maternidad prolongada gracias a un par de semanas adicionales, también teníamos cubierto el plan de quién sería nuestra mano derecha en casa y el apoyo más importante, mi mamá, quién había venido de Barranquilla.

Mi Paz nació el 31 de enero a las 9 de la noche sin ninguna complicación, por parto natural, perfecta y sana. Luego de dos días salimos todos a casa con un milagrito en los brazos, con la felicidad de empezar la aventura maravillosa de ser mamá.

Llego a casa con mi familia y debo darle la bienvenida al postparto, momento para el que me había preparado poco. Hoy luego de conocer el desenlace que tuvo una mamá en su postparto, una historia como la que yo viví, me siento en la obligación moral de contar mi experiencia.

Sí, a pesar de tener un embarazo y un parto perfectamente sano, me dio preeclampsia postparto y por misericordia de Dios puedo contarles mi historia para sensibilizar a futuras mamás de la importancia de esta enfermedad.

Al siguiente día de haber llegado a casa empecé a sentirme mal, en ese momento pensé que después de un parto y mil cambios era completamente normal. Después sentía que me faltaba el aire, también me dolía el abdomen y la espalda.

Cinco días después estábamos listos para ir a la primera cita con la pediatra, quise ponerme los zapatos y mis pies estaban tan hinchados que tuve que ponerme unos de mi esposo. Caminando con los zapatos de mi esposo supe que algo estaba mal, mientras lo ignoraba pidiéndome ir a urgencias. Por creer ser la mujer maravilla que puede con todo.

Al final de la primera consulta de Paz me empezó un dolor infinito de cabeza, era como el de un guayabo de esos que hace mucho no tenía, no aguanté y le pregunté a la pediatra si era normal estar tan hinchada. Su primera reacción fue tomarme la tensión, luego con firmeza me dijo que debía ir a urgencias.

Organizamos todo para dejar a Paz con mi mamá y hermana. Siempre pensé que en dos horas estaría de vuelta con mi niña. ¡Tienes la tensión demasiado alta! Fue la primera alarma que oí estando en la clínica, luego de que me la volvieran a tomar oí en cámara lenta ¡tienes preeclampsia!.

La tensión cada vez subía más y yo me negaba al diagnóstico, yo sólo quería salir corriendo a buscar a Paz. Llorando pensaba ¿preeclampsia? ¿Eso no le da sólo a las embarazadas?

Estuve varios días hospitalizada, con medicamentos y oración Dios permitió que la tensión bajara y se estabilizara. Cada día era decisivo, con un examen nuevo verificaba que no hubiera una falla hepática, renal y demás. Estando junto a la sala de cuidados intensivos pude conocer la fatalidad de esta enfermedad. Gran parte de las mujeres con preeclampsia ingresan a la UCI y permanecen inconscientes por semanas, con alto riesgo de morir o de quedar con graves secuelas de por vida.    

Tengo claro que estoy viva por misericordia de Dios, como muchas otras cosas a lo largo de mi vida la oración y la fe me sostuvieron. 

Cuando conocemos que vamos a ser mamás, olvidamos que nuestro bienestar es tan importante como el bienestar del bebé. Luego de haber vivido esta aterradora experiencia, les quiero compartir mi reflexión. Escuchen su cuerpo, somos tan importantes como esa pequeña vida que sostenemos, cuidémonos, no podemos olvidar que sí somos mamás, pero también mortales.  

 


5 comentarios


  • María Mercedes

    A mi me pasó lo mismo… y ahora estoy de nuevo embarazada y con susto que me vuelva a suceder. 😢


  • Catherine

    Me paso exactamente lo mismo, mi bebé con 3 dias de nacido y yo en la clínica, senti que estaba flotando, es un miedo intenso sentí que no iba volver a ver a mi bebé. Así que cuidado mamitas debemos estar muy pebdientes.


  • Carolina

    Lo mismo me paso, mi parto fue por cesárea y pensé q eran las molestias de la cirugía estuve una semana en la UCI llorando todos los días por no poder estar con mi bebe, con la bendición de Dios salí pero luego de salir me dio una infección urinaria horrible,fue el mes más duro de mi vida. Hoy después de 8 meses mi príncipe y yo estamos muy bien.


  • Adriana Bahamon

    Me paso lo mismo pero el día del parto ! Estuve 8 días en la clínica sin luz ni vistas ni nada … mi bebe prematura en la UCI ! Es el pero dolor del mundo


  • Claudia

    Me hiciste volver hace 12 años …. me pasó lo mismo … si puedo ayudar a alguien con mi experiencia estoy aquí dispuesta a contarla.


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