6 preguntas y respuestas sobre: Cuándo y cómo deben aprender a nadar los niños

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El ahogamiento infantil es la CAUSA #1 de muerte en niños menores de 4 años en el mundo, por esto invitamos a una experta para que resuelva las dudas frecuentes de las mamás sobre el tema…

Susana Ponce de León es mamá de Emilio de 8 años, Federico de 6 y Clementina de menos de un año, pero además de ser mamá es pionera e instructora Master del programa de autorescate en Colombia.

Su trabajo no se basa sólo en entrenar instructores, también enseña habilidades en el agua a bebés y niños. Además, es consultora en prevención de ahogamiento infantil en el agua educando y sensibilizando acerca de los cuidados para reducir completamente el índice de ahogamiento en el país.

Susana aceptó responder las preguntas más comunes sobre cómo inducir a los niños en el mundo acuático cuidando su seguridad.

 

Preguntas:

 1. ¿Desde qué edad podría empezar un bebé aprender a nadar?

Susana responde: Nadar es una actividad que por definición tiene tanto de largo como de ancho. Por esta razón, como mamás, debemos pensar en qué es exactamente lo que le conviene a nuestros hijos, esto teniendo en cuenta las capacidades físicas y neurológicas de su edad.

Debemos tener en cuenta que un bebé de menos de 12 meses no puede ¨nadar¨ y menos de manera independiente pues aún no tiene la capacidad ni la fuerza de coordinar patadas y manos, tampoco de levantar su cabeza para respirar, debido a que es muy pesada respecto a su cuerpo. Por supuesto, mucho menos podrá agarrarse de un borde o escalera.

Lo que si puede aprender desde esta edad es a bloquear su respiración, voltearse sobre su espalda logrando flotar para respirar, de esta forma podrá pedir ayuda y podrá descansar hasta que llegue un adulto.

Seis meses es una edad apropiada pues ya su cuello es suficientemente fuerte y además es la edad en la que ya empiezan a gatear y arrastrarse logrando llegar a un cuerpo de agua. Los niños entre 12 meses y 6 años pueden ya desplazarse en el agua de un lado a otro. A esta edad ya podrán agarrarse de un lugar seguro, sin embargo, aprender natación como técnica (estilos)es aún muy exigente para su edad.

Es muy importante enseñarles a llegar a una flotación sobre su espalda, pues en caso de no tener a donde llegar se cansarán de nadar causando un ahogamiento. En todo caso, lo importante aquí es que nuestros hijos estén seguros en el agua y nadar no es garantía para eso. Las edades entre los 6 meses y 6 años son muy vulnerables al ahogamiento, por eso es mucho más importante darles herramientas de supervivencia antes que cualquier otra cosa para evitar accidentes en el agua.

 

2. ¿Cómo puedo tratar el miedo al agua?

Susana responde: Esto depende del tipo de miedo del que estamos hablando. Los niños conocen el mundo interactuando con el entorno, es decir que el miedo es algo que se aprende a partir de una experiencia que fue reforzada de manera negativa (una caída al agua, por ejemplo).

Si ésta es la causa, la solución está en reiniciar un proceso para que poco a poco se vaya creando un historial de refuerzos positivos y recupere la confianza en el agua que alguna vez se perdió. Otro tipo de miedo muy común es el miedo a lo desconocido. En este caso, la solución está en dar el espacio para interactuar con el agua, conocerla, sentirla y aprender habilidades que transformarán ese miedo en seguridad, independencia y confianza.

 

3. ¿Desde qué edad se puede sumergir un bebé?

Susana responde: Desde muy chiquitos los bebés están expuestos a la tina y a la ducha en donde por diferentes razones en algún momento han estado expuestos a bloquear su respiración de manera indirecta.

Sin embargo, sumergirlos en una piscina es muy diferente. Como mamá siempre he seguido la recomendación de mi primer pediatra, quién me sugirió no meter a un menor de 4 meses a la piscina para evitar irritaciones en la piel por el cloro.

Cuando mi primer hijo llego a esa edad, y antes de ser instructora ISR, lo primero que hice al meterlo al agua por primera vez fue tratar de sumergirlo. Después de armarme de valor y de una preparación eterna lo sumergí cuando YO estaba lista. Salió del agua completamente atorado.

Cuando inicié mi carrera con ISR entendí que este ejercicio debe hacerse de manera controlada y respetando las inhalaciones y exhalaciones de EL BEBÉ. Siendo así habrá una experiencia positiva, para que de manera sensoriomotriz aprenda a bloquear automáticamente su respiración cada vez que sienta el agua cerca de su boca o nariz.

Nosotros iniciamos el proceso con los bebes de 6 meses (por su capacidad de llegar a un cuerpo de agua solos) y es lo primero que presentamos antes de seguir el proceso. En términos de seguridad es lo primero que debe aprender un bebé, pues es lo que primero va a necesitar en caso de caer al agua solo. ¡Son segundos que cuentan!

 

4. ¿Los flotadores de cuello son seguros?

Susana responde: El tema de los flotadores es una excelente pregunta y en esta respuesta me referiré al que preguntas y a todos los demás en general.

He visto muy de moda los flotadores que sujetan a los bebés del cuello. Primero, considero que, si el cuello de un bebé es tan frágil, sujetarlo de ahí no debe ser muy recomendable.

Segundo, querámoslo o no, no vemos los riesgos que implica el uso de un flotador para la percepción de nuestros hijos respecto a sus habilidades en el agua. Aunque son convenientes para nosotros los papás, les dan a los niños una falsa creencia de que tienen una habilidad que no existe cuando se les quita ese soporte. Es decir, crean una falsa sensación de seguridad.

Tercero, de un momento a otro el flotador puede convertirse en el causante de un accidente zafándose, pinchándose o, peor aún, limitando el movimiento y capacidad de salir a la superficie de quien lo está usando. La pregunta para hacerse es: ¿si mi hijo no tuviera el flotador puesto, que pasaría? ¿Mi hijo sabría qué hacer en caso de caer al agua sin esa ayuda?

 

5. Viviendo en Bogotá es más difícil practicar lo que un niño aprende. ¿Hasta qué edad se debe tener el curso para que el aprendizaje no se olvidé?

Susana responde: Buena pregunta. Es cierto, en Bogotá poco se frecuentan las piscinas como tal, pero hay que tener en cuenta que para que ocurra un accidente solo basta con 3 cms de agua.

Por eso el curso de supervivencia es vital no importa donde estés. Nuestro programa enseña las habilidades en un espacio de tiempo determinado, este puede tener una duración entre 6 y 8 semanas dependiendo de la edad y destrezas, no obstante, el proceso debe continuar.

Las habilidades ISR no se olvidan ni se pierden, simplemente se duermen o modifican si no se practican. Es como manejar o montar en bicicleta.

 
Es importante seguir con clases de mantenimiento por varias razones:

- Los niños crecen rápidamente cambiando de peso, volumen y talla. Las habilidades deben estar adaptadas a estos nuevos escenarios no solo para mantenerlos actualizados sino para potencializar y lograr mejores destrezas conforme van creciendo. Es diferente tu bebe a los 16 meses que a los 2 años.

- Como lo mencionas, hay niños que poco o nada pueden practicar lo aprendido.

- Imitan lo que ven en otros niños.

- Inician otro tipo de instrucción en el agua que refuerza habilidades contrarias.

- A los padres de familia les da miedo dejarlos hacer lo que saben, interfiriendo con la independencia aprendida.

Una vez tengan 5-6 años, estarán listos para iniciar natación como deporte y sus habilidades los harán resaltar a tal punto que los consideren avanzados para su edad.

 

6. Una pregunta importante que muchas mamás me hacen es: ¿Qué es el ahogamiento secundario?

Susana responde: Un ahogamiento secundario o en seco sucede solo cuando ha habido un episodio de casi ahogamiento. Es decir que la persona ha estado en riesgo de ahogarse, que ha estado bajo el agua, es sacada de emergencia y ha estado inconsciente.

En caso de que esto suceda y la persona vuelve en sí, no hay que confiarse. Es vital llevarla al hospital para que sea revisada o estar pendiente de síntomas como amoratamiento de labios y dedos, dificultad para respirar, mucha tos, desorientación o dificultad para hacer sus actividades de rutina.

Este tipo de ahogamiento ocupa un 2% en las estadísticas de los otros casos y sucede porque el agua que entró en las vías respiratorias sigue su trayecto aun cuando la persona ha salido de la “emergencia”. 

Tengan en cuenta que un atoramiento leve estando en el agua o un sorbo de agua cuando se está en ella no son causa de salir corriendo para el hospital. Estamos en el agua y es inevitable no tener pequeños accidentes. Simplemente evitemos juegos bruscos, consumo de alcohol y tomemos medidas para evitar accidentes o tragedias que pueden ser 100% previsibles.

 

*Conoce más del programa de autorescate en agua para niños aquí


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  • Ines tobar

    Excelente entrevista.


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