Los niños aislados, pero no obesos.
Debido a la imposición de la cuarentena para afrontar la crisis del COVID-19, millones de niños y niñas de todo el mundo se encuentran recluidos en sus casas...
Debido a la imposición de la cuarentena para afrontar la crisis del COVID-19, millones de niños y niñas de todo el mundo se encuentran recluidos en sus casas...
Los largos periodos de encierro pueden tener efectos a corto, medio y largo plazo en la infancia y adolescencia, en muchos aspectos: una brusca reducción de la actividad física, falta de tiempo al aire libre, horas excesivas de uso de pantallas… pero uno de los que más preocupa son los hábitos alimentarios.
La situación de confinamiento forzoso conlleva en la mayoría de casos, y en particular cuando las condiciones de vivienda no son óptimas, una disminución de la actividad física, con lo cual aumenta el riesgo para quienes tienen sobrepeso u obesidad.
Prevenir la obesidad en la infancia vulnerable
Los niños y niñas con sobrepeso y obesidad arrastrarán las consecuencias en su vida adulta, como alerta la Organizacion Mundial de la Salud: la obesidad infantil se asocia a una mayor probabilidad de muerte y discapacidad prematuras, y también a enfermedades como la diabetes o el cáncer.
La evidencia muestra una mayor incidencia de la obesidad en los menores en riesgo de pobreza o exclusión social. La tasa de obesidad infantil en la población de cuatro a 14 años se sitúa en el 10,2%, pero en familias con menos ingresos aumenta al 15,9%. Entre otras cosas, se debe que los niños y niñas de hogares con menos ingresos tienen vidas más sedentarias. Pero también tienen otros hábitos de consumo: menos frutas y verduras, y más alimentos con pobre valor nutricional. En todo el mundo, los niveles de sobrepeso y obesidad no dejan de aumentar, y las dietas inadecuadas o poco saludables, muchas veces promovidas por la publicidad inapropiados y la abundancia de alimentos ultraprocesados, comida rápida y bebidas azucaradas, pueden tener efectos nocivos en la infancia.
Por otra parte, UNICEF recuerda que en muchas partes del mundo las personas que viven en las comunidades más pobres se enfrentan a muchos impedimentos para hacer una dieta saludable, y que más del 75% de los niños con sobrepeso viven en países de ingresos medios. Se trata de un problema de desarrollo sostenible y también de derechos de la infancia: erradicar la pobreza y el hambre se encuentra entre los Objetivos de Desarrollo Sostenible, mientras que la Declaración de los Derechos del niño señala que todos los niños y niñas deben tener garantizada una alimentación suficiente, accesible y saludable. En tiempos de crisis no debemos olvidar, por lo tanto, este derecho básico de la infancia.
Cuarentena saludable
Un tema que también preocupa a la Gasol Foundation, quien opina que esta crisis sanitaria puede producir un efecto sobre la epidemia de la obesidad infantil y los hábitos saludables, especialmente en las comunidades más vulnerables. La fundación recuerda que los niños en riesgo de pobreza moderada, encuentran dificultad en seguir un estilo de vida saludable estos días de confinamiento y su recuperación posterior. Estos niños y niñas tienen “un mayor riesgo de padecer sobrepeso u obesidad en la infancia y de presentar unos hábitos de salud más deteriorados”, explican desde la web de la fundación.
Pero también creen que las crisis pueden ser oportunidad para vivir una “cuarentena saludable”. El objetivo es prevenir un repunte de las cifras de obesidad infantil, derivadas de este periodo de cuarentena, que, señalan, “puede acarrear graves consecuencias económicas y sociales”.
Fuente
Cordial saludo, tengo una niña de 9 años y quisiera saber si dentro de sus productos tienen un suplemento o unos snaks que le pueda dar a la niña entre comidas.
Muchas gracias
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