Una de las preguntas más comunes por las mamás es ¿cómo puedo quitarle el chupo a mi hijo sin que sea traumático?…

La función del chupo es cubrir el reflejo de succión que tienen los bebés. Sabemos que después del año y medio ese reflejo disminuye, sin embargo, el chupo sigue siendo un instrumento que ayuda a la relajación de los niños.

La decisión sobre cuál es el momento oportuno para que el bebé deje el chupo, siempre será subjetiva. Cada mamá según la experiencia vivida con su hijo y en muchas oportunidades en compañía de la pediatra, determina cuándo es el momento de decir adiós al chupo.

Aquí te damos 5 consejos para que la despedida del chupo sea una experiencia natural. Porque, aunque no hay una edad exacta para dejarlo, decirle adiós será parte del crecimiento y desarrollo del pequeño.

1. Puedes empezar a delimitar horas y lugares para el uso del chupo. Un ejemplo puede ser usarlo sólo para el momento de la siesta, para dormir en las noches, o para el recorrido en el carro o coche. De esta forma puedes ir reduciendo el tiempo del uso del chupo.

2. Como la función principal del chupo es tranquilizar a los niños, enséñale a tu hijo nuevas formas de llegar a la calma. Cantarle una canción en las noches, darle una mantica suave. Hacerle un masaje o leerle un cuento, son técnicas que te pueden ayudar a restarle protagonismo al chupo.

3. Este tip es para niños de 3 años en adelante. Puedes negociar un intercambio de objetos. Es decir, explicarle que va a cambiar el chupo por un objeto que tiene el privilegio de usar por su edad.

4. Muchas veces lo niños buscan el chupo cuando no saben qué hacer. Trata de hacerle una actividad entretenida durante el día y dile que durante la actividad o mientras juega no se va a usar el chupo.

5. El asombro y la ilusión son dos elementos que hacen parte de la infancia. Despedirse del chupo puede ser mágico. Dejar el chupo en la noche debajo de la almohada y contarle que vendrá el hada madrina a recogerlo es una tradición que indica crecimiento en el rollo.

Lo más importante de este proceso es que le cuentes a tu hijo cuál será el plan. Así comprenderá qué va a pasar y su enojo y frustración no aumentará. Está será una etapa que recordarás con ternura, buena suerte y cuéntanos los resultados.