6 Tips para controlar la adicción por los dulces en la familia

Durante la infancia consumir azúcar es permitido bajo la premisa “los niños necesitan calorías, están llenos de vida y no les hace daño”

El azúcar se torna negativa en los hábitos alimenticios de los adultos, y es entonces cuando se busca corregir la dieta para mejorar la calidad de vida. Esto se hubiera podido evitar con mejores decisiones en la infancia.

La voluntad de niños y adultos está siendo constantemente retada por imágenes provocativas de helados, chocolates derretidos, golosinas…

Es cierto que la voluntad de niños y adultos está siendo constantemente retada por imágenes provocativas de helados, chocolates derretidos, golosinas, galletas sumergiéndose en chocolate blanco, entre otros manjares que contienen cantidades alarmantes de azúcar.

El otro inconveniente con los dulces actuales es que contienen una gran cantidad de aditivos artificiales perjudiciales para la salud. Pero para no entrar en una posición alarmista y con pocas expectativas de mejoría, hay que tener en cuenta que no todos los dulces son malos.

Aunque manejar la situación con el azúcar no es nada fácil, tampoco es imposible. Es parte de la responsabilidad como padres tener estrategias efectivas para mejorar los hábitos alimenticios de los más pequeños y de todos en la familia. Nada es más cierto que el ejemplo empieza en casa.

Estos 6 Tips ayudarán a que los niños crezcan con buenos hábitos sobre el azúcar:

1. El proceso de la alimentación complementaria es clave para lograr buenos hábitos alimenticios. Entre más tiempo pase antes de que el niño consuma golosinas o bebidas azucaradas, esto asegurará que su alimentación sea más sana. Es así como se logra que comer saludable no sea un sacrificio.

2. Es común pretender que los hijos tengan mejores hábitos alimenticios que los de sus padres. Pero hay que tener en cuenta que los hábitos deben ser los mismos para todos en la familia, los niños aprenden imitando.

3. No se debe poner los dulces en posiciones de premio, castigo, malo, prohibido, entre otros calificativos. Las cargas energéticas sobre los alimentos pueden ocasionar ansiedad y efecto contrario. Hay que evitar al máximo relacionar el consumo de dulce con el estado emocional, es decir; estás feliz vamos a comer un helado, no te portaste bien no comes chocolate, estas triste vamos por una colombina.

4. Parece exagerado leer la tabla nutricional de los alimentos, pero realmente es una buena práctica. Escoge en el mercado los productos saludables para las onces de los pequeños. Si tienes tiempo para preparar la lonchera en casa, sin duda será mucho más nutritiva.

5. Hacerlos caer en cuenta con amor y respeto que el exceso de dulce puede traer consecuencias para la salud, es una forma de volverlos conscientes de los buenos hábitos. Ejemplo: Te duele la pancita porque te excediste comiendo dulces.

6. Controlar las porciones de los postres, es un paso significativo. Cuando toda la familia comparte un postre, una pequeña porción es más que suficiente para quedar satisfechos. Esto es una actitud equilibrada que se enseña con ejemplo.

Hay muchas formas de disfrutar de deliciosos postres y dulces saludables que deleitarán el paladar de toda la familia. ¡No te rindas! Comer sano y balanceado es más fácil de lo que parece.

 


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