La práctica de tiempo especial con tu hijo

Los padres siempre tienen mil tareas pendientes, trabajo, preparar la comida, lavar la ropa, agendar citas médicas y seguramente algo más…

Es una realidad que el afán hace parte de las familias modernas. Es una locura ver como todos en casa corren contrareloj para lograr todas las responsabilidades del día. Al terminar el día muchas veces los padres sienten que hicieron todo por sus hijos pero que realmente no los disfrutaron lo suficiente.

Es aquí donde vale la pena poner en práctica el tiempo especial con tu pequeño. Es una práctica muy sencilla, se basa en dedicarle 10 minutos de corazón a tu hijo. En caso de tener más de uno, cada uno debe disfrutar de esos 10 minutos por separado.

Solo mamá y papá, sin whatsapp, sin celular, sin distracciones, estos minutos son para jugar, inventarse historias, leer, hablar, reír, hacer cosquillas y decirse lo mucho que se aman. Una forma de darles a conocer este tiempo especial es que ellos tengan la posibilidad de elegir el juego que quieren hacer durante este tiempo.

Durante este tiempo no sabrán quién la está pasando mejor, si los niños o los papás. En el tiempo especial todo es espontáneo, los padres solo deben preocuparse por disfrutar no por educar, este tiempo termina siendo el mejor regalo que los padres pueden hacerse.

Está comprobado que este tiempo traerá ventajas como mejor relación y conocimiento entre padres e hijos, también ayudará a tener una comunicación fluida, vínculos fuertes y a abrir espacios para encontrar soluciones a los problemas de crianza.

10 minutos te pueden parecer muy poco tiempo, pero, aunque no lo creas 10 minutos sagrados harán sentir muy importante a tu pequeño. Puedes empezar con 10 minutos y según cómo veas tu día a día puedes aumentar los minutos. Vale la pena aclarar que no será este el único tiempo que compartirás con tus hijos, sólo que este será especial.  

Cuando los niños tienen atención de sus padres y una relación fuerte, esto les favorecerá a que se vinculen mejor con otros niños. Su parte emocional será sólida y aprenderán con mayor facilidad.

Las relaciones fuertes se construyen con el tiempo a través de experiencias compartidas con los adultos significativos en la vida de los niños. Estos adultos pueden ser los padres, los abuelos, las niñeras o maestros. Entrégate de cuerpo, alma y corazón a los minutos que tendrás con tu pequeño, esos momentos serán los que compartirán por siempre en la mente y corazón de cada uno.

 

 


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