Qué es la ansiedad y cómo la manejamos
Conocer los factores que impiden tener amor propio es muy importante para el contenido que vamos a estar compartiendo durante las siguientes semanas…
La idea principal con esto es que podamos tener herramientas claras para construir nuestra autoestima y ponerlas en práctica en todos los aspectos de la vida. Y me incluyo en la narración porque a pesar de tener cierta experiencia y conocer bien los temas, es importante para mí trabajarlos día a día.
De otra manera, les estaría hablando sólo desde el conocimiento, y esto tendría valor, pero no tanto como si lo vivo. Así he aprendido y gracias a esto les puedo hablar desde el corazón y no desde la mente.
Entonces, volviendo al tema, hoy puntualmente quiero que entendamos de dónde vienen las emociones tóxicas con las que nos sentimos identificadas y por qué.
Lo primero es que vamos a resumir que todas las emociones negativas provienen del miedo y el miedo causa ansiedad. La ansiedad no es más que una sensación que activa el cerebro como modo de alerta.
Entendamos que hoy en día nuestro cerebro está clasificado en tres partes: el reptiliano, el límbico, y el neocortex.
Entonces quiero que nos enfoquemos en el reptiliano. Es el más básico, es el que tienen los animales y el que nos manda señales de alerta cuando estamos en peligro. Este peligro, en la época de los neandertales nos servía mucho, porque nos ayudaba luchar o huir si nos encontrábamos a algún animal hambriento que nos quería acechar.
Sin embargo, pasó el tiempo, y una parte de nosotros no entendió que debíamos evolucionar. Por lo tanto, este cerebrito se sigue activando frecuentemente, y si a esto le sumamos la variante de la tecnología, trae unas consecuencias nefastas.
Toda esta explicación científica no es nada más que para explicarles el contexto de la ANSIEDAD. Entendiendo la ansiedad como un estímulo de nuestro cerebro que produce cambios físicos y mentales. Podemos decir que la sobreproducción de esto altera y desarrolla el estrés, el miedo y nos empieza alterar todos los sistemas en nuestro cuerpo.
Por otro lado, existe también una ansiedad post traumática. Esta se debe a algo que nos generó mucha ansiedad o miedo cuando éramos más jóvenes o pequeños. El trauma queda en nuestra mente subconsciente, de manera que cuando volvemos a sentir una emoción similar en nuestra vida adulta. Padecemos lo que comúnmente llamamos ataques de ansiedad o ataques de pánico.
En mi opinión, la ansiedad es sana siempre y cuando la manejemos conscientemente. Es una reacción que nos permite movilizarnos y tomar decisiones. Sin embargo, dejarla avanzar e identificarnos con ella nos va a crear algún tipo de emoción tóxica que puede afectar nuestros pensamientos y por lo tanto las reacciones tanto hacia nosotros como hacia los demás.
Por lo tanto, es importante que cada vez que reconozcamos esta sensación, tomemos acción. Por un lado, sentirla, hacer la acción que corresponda, y por último complementarla con la respiración profunda.
Queridas lectoras, esos ejercicios de transitar la ansiedad, o lo que esta produce, no son cómodos ni fáciles. Requieren esfuerzo y atención. Sin embargo, en la medida en que empleemos estos pequeños ejercicios, lo haremos cada vez mejor y evitaremos crear emociones negativas hacia nosotras mismas y hacia los demás.
Si ves que es algo avanzado, pide ayuda. No lo olvides.
Un abrazo,
Juliana Morales
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