MEMORIAS MATERNAS / ETAPA 01 RECONSTRUCCIÓN
Por: Ángela Rojo / Roja Joyería Experimental
“El amor por un hijo, es la experiencia más salvaje que jamás había vivido”.
Recuerdo cada palabra de esa frase en boca de una mujer a la que admiro y que conocí acá en Bogotá, mientras sus ojos estallaban al hablar de su pequeño de unos 6 años. En realidad, no tenía tan claro algún deseo por la maternidad como otras mujeres cercanas, pero no descartaba completamente la posibilidad de ser parte de ese club algún día. Tal vez lo visualizaba en un futuro muy lejano, teniendo a mi bebé en medio de las montañas con velitas de colores, con la tranquilidad de una independencia laboral en su punto más elevado y quizás una pareja que compartiera con igualdad la experiencia de tener una cría mientras recorríamos el mundo.
Pues Vicente anunció su llegada en el momento que menos imaginamos, cuando yo apenas empezaba a gozar de las ventajas de ser laboralmente independiente, seguido de un embarazo de riesgo muy exitoso por fortuna, pero suficiente para evitar cualquier intento de parto alternativo por la seriedad de mi hipertensión hereditaria. Obviamente no hubo montañas, mucho menos velitas de colores y de todo lo que romanticé sólo quedó mi pareja que ha sido hasta hoy, el mejor compañero de nave y el mejor papá para nuestro hijo.
El desenlace fue una cesárea. Una palabra que nunca me fue familiar, una intervención que no deseaba y que terminó por hacerme sentir que mi hijo había llegado a este plano no por la química mutua de nuestros organismos, sino por un procedimiento arbitrario y externo; sentía con melancolía que lo habían desgarrado de mi cuerpo, pero gracias al tiempo, a Naty (otra #Geekmom), a mi amiga Andrea y a mi hermano, comprendí que todo era como debía ser y que en esta perfección, el único desgarre que yo sentía era la imposibilidad de alejarme de mis ideales de mujer y madre perfecta (“Las cosas son como son… Sufrimos porque las imaginábamos distintas”).
Llegamos a casa, con una criatura que apenas conocía a pesar de habernos hecho compañía por 9 meses y que sobrevivía exclusivamente por nuestras acciones. Apareció el dolor físico por la fiereza de la cesárea, la impotencia, el cansancio, la confusión, el encierro, la incertidumbre, el miedo, la oscuridad y el desasosiego y con esta avalancha de sensaciones negativas, la fortaleza, la tenacidad, la esperanza, la empatía, la entrega incondicional, la claridad y ascendentemente, el amor… Ese amor salvaje del que me hablaban al principio y que ahora me sobrepasa.
Ilustración 1: Luz y oscuridad de los primeros días con Vicente / Foto: La Central Fotográfica
Por eso la DUALIDAD constante ha sido parte vital de mi maternidad, pues solo sintiéndome tan rota comprendí que quería RECONSTRUIRME en lo tangible y lo impalpable: Reconstruir mi nuevo cuerpo el cual registraba con cierto goce día a día al verme dotada con mis curvas más amplias, queriendo repararme como mujer, hija, hermana, amiga, sobrina y nieta antes que como madre; re-significando mi historia familiar nuclear para liberarme de las responsabilidades emocionales que no me correspondían para ocuparme de las mías y disfrutando de este delirio tan complejo de explicar que nos brinda la maternidad. Ser madre me ha permitido hacer mi mejor creación, mi hijo es mi más preciada pieza y me siento revolucionada como nunca pensé. De este modo, la joyería como mi oficio de sanación, ha sido el medio para asumir el desgarre como eje fundamental de mi obra.
La serie MEMORIAS MATERNAS / ETAPA 01 RECONSTRUCCIÓN, es un diario material de mis pensamientos en mi iniciación como madre nueva y sin la ambición de mostrar un proceso perfecto. Mi cuerpo jamás volverá a ser el mismo porque ahora es mejor y más poético. Ya muchas de sus partes han cobrado otras funciones como la mano que apacigua el llanto, la teta que alimenta, la cicatriz bajo mi ombligo que sirvió como puente entre dos planos o mi ombligo que me recuerda la conexión eterna con mis padres. El amor incondicional que ahora me sobrepasa me ha aclarado en todos los aspectos de la vida, me ha liberado de la necesidad de ser adecuada para la gente para ser más adecuada conmigo misma y esto indudablemente se ve reflejado en el trabajo que estoy materializando.
Ilustración 2: Fotos de proceso / La teta
Ilustración 3: Fotos de proceso / El ombligo
Ilustración 4: Fotos de proceso / Los dedos
Ilustración 5: Fotos de proceso / Las manos y los dedos
Ilustración 6: Fotos de proceso / Los dedos
Para la reconstrucción he usado: Yeso como material de fragilidad, cuero he hilos para unir las heridas y metal simbolizando la fortaleza. Otras piezas más comerciales que han resultado de esta composición con ayuda de otras #GeekMoms (las cuales han compartido conmigo otros sentimientos duales en su proceso), estarán disponibles en el lanzamiento de la serie el próximo sábado 15 de septiembre en la Tienda de Creadores DISCREPANTE ubicada en la calle 85 #12-89, de 11:00 am a 8:00 pm, Bogotá.
Ángela Rojo, mamá de Vicente.
Fotos invitaciones x 2 (horizontal y vertical)
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