Todo lo que un niño puede descubrir en la portada de un libro

La información que aparece en texto e imagen en las portadas o carátulas de los libros suele pasar desapercibida, pero es esencial…

Una de las primeras cosas que sugiero a los padres cuando converso con ellos alrededor del tema de la lectura infantil y como fomentarla, es que siempre que lean a sus hijos en casa, mencionen al autor y al ilustrador del libro.

Los títulos sirven para predecir la historia. Permiten jugar e imaginar: ¿qué sucederá?, ¿quiénes serán los personajes?, ¿cómo se llamarán los personajes y por qué?, ¿dónde sucederá? También permiten aprender vocabulario, pues pueden hacer alusión a palabras no usuales o hasta inventadas (por ejemplo, chigüiro, banda, estofado, mirlo, flautista y otros).

Las imágenes en las portadas se prestan para convertirlas en una oportunidad mágica. Permiten todo un ejercicio de observación detallada: formas, colores, personas, ambientes, animales. La ilustración de la portada permite conocer previamente gran parte del vocabulario que aparecerá dentro del libro.

a partir de la observación de la portada, se puede jugar a crear una historia

Se puede jugar a adivinar lo que sucederá en la historia y, más adelante, durante la lectura, comprobar esas ideas. Incluso, a partir de la observación de la portada, se puede jugar a crear una historia; dar el chance a mamá, papá o a cada hermanito de crear su propia historia y así compartir textos orales  y, sólo hasta al día siguiente, leer el libro en la versión del autor original.

El autor del libro es quien lo escribe; quién se inventa la historia y las palabras. El ilustrador es quien hace los dibujos.  En algunas ocasiones, pueden ser la misma persona. Es muy importante decir a los niños los nombres de esas personas.

A veces son nombres similares a los conocidos, pueden parecerse al de alguien cercano pero otras veces suenan raro y pueden ser difíciles de pronunciar. Eso da pie para hablar sobre otros lugares geográficos, idiomas distintos, pero también sobre tolerancia y respeto, porque así suenen diferentes o extraños, se deben respetar y no pueden ser motivo de burla.

Reconocer el trabajo del autor y del ilustrador es el primer paso para valorar el derecho de autor, para comprender el significado de la propiedad intelectual.

Cuando los niños, desde pequeños, reconocen que escribir y dibujar son oficios y profesiones respetables, se convierten en adultos que valoran cualquier trabajo del otro, que saben lo que significa el esfuerzo y el reconocimiento personal.

Entienden más adelante por qué se debe pagar decentemente por el trabajo del otro  – e incluso el propio – y cómo cada persona puede encontrar en el mundo algo en lo cual le permite sobresalir y realizarse.  Muchos niños descubren su vocación de escritor o pintor desde muy pequeños y se dan cuenta que esos sueños son alcanzables y posibles.

Por otro lado, apreciar y valorar tanto al autor como al ilustrador, es aprender desde muy chiquitos, que el trabajo del otro se respeta; que nunca se copia ni se plagia.

Muchos niños tienen la oportunidad de conocer autores o ilustradores en colegios, ferias, librerías u otros.  Los que tienen la fortuna de hacerlo, pueden decir con orgullo que su abuelito escribió un libro, que su papá escribió una historia solo para él. ¡Ni se imaginan la cara de orgullo cuando comparten eso con sus compañeros! ¡Desbordan de felicidad cuando muestran ese cuaderno ajado con el cuento que escribió el bisabuelo o el tío y que en casa guardan como un tesoro!

Entender que los creadores de los libros son personas de carne y hueso y cuáles son los motivos que los llevaron a escribir es uno de los descubrimientos más apasionantes de la infancia.

Poder conversar con un autor y hacerle preguntas sobre su vida es revelador.  Recuerdo perfectamente algunas de las preguntas que he escuchado al respecto: ¿Tú te tomabas toda la sopa? ¿Cómo era tu gato? ¿Te gusta el fútbol? ¿De cuál equipo eres hincha? ¿Te daban miedo los monstruos? ¿Te puedo invitar a mi casa? De repente, todo se desmitifica y los niños se dan cuenta que el autor o ilustrador del libro fue un niño como ellos o es un abuelito como el que los espera en casa.

Hay libros para niños que explican el proceso de elaboración del libro y lo que significa ser un autor. Son materiales claves cuando los niños son consumidores empedernidos de libros. Estos son:

1. Cómo se hace un libro escrito e ilustrado por Aliki

2. Cómo se hace un libro escrito por Cristina Sans e ilustrador por  Roser Calafell

3. Estamos en un libro escrito e ilustrado por Mo Willems

4. Es un libro bebe escrito e ilustrado por Lane Smith

 


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