¿Cómo leer las imágenes en los libros para niños?
Muchos padres creen que necesitan libros largos y/o con mucho texto para las lecturas de sus hijos…
Si bien es cierto que el texto escrito es importante y necesario, es importante reconocer el valor de la imagen y entender que en ella también existe la posibilidad de lectura.
Los niños de hoy crecen en un mundo plagado de imágenes; tienen mucho más acceso a videos, afiches, publirreportajes en forma gráfica y fotos o fotogramas. Los libros infantiles contemporáneos están llenos de color e imagen, mientras que los de antes, por costos y técnicas de impresión, eran en blanco y negro y, con suerte, algunos dibujos a lápiz.
Más que adornar o decorar, las ilustraciones en los libros tienen hoy una intención clara, hay una narración subyacente en ellas y por eso tanto el autor y el ilustrador son igualmente reconocidos y nombrados. Las ilustraciones pasaron de ser dibujitos en las esquinas o en marcos que reflejaban lo que el texto decía, a tener voz propia y a ser tan importantes como la parte escrita.
la imagen nos puede mostrar que María, cuando está enamorada como dice en el texto, no mira por dónde va y se va de bruces contra postes y árboles
En algunos libros infantiles, el texto y la ilustración hablan el mismo idioma, es decir simplemente se repiten. El texto narra una situación, a veces, dejando de lado algunos detalles superfluos, que la imagen agrega. Por ejemplo, el color, el tiempo, el lugar. En otros libros infantiles la imagen completa aquello que el texto omite. Por ejemplo, mientras el texto puede decir que Pedro se sentía triste, en la ilustración podemos ver que Pedro no es un niño sino un anciano. O la imagen nos puede mostrar que María, cuando está enamorada como dice en el texto, no mira por dónde va y se va de bruces contra postes y árboles.
También hay libros en los cuales el texto y la ilustración se oponen entre sí. Por ejemplo, en Mamá fue pequeña antes de ser mayor (de Claudine Desmarteau y Velérie Larrondo), el texto dice que Mamá nunca pintaba las paredes con rotulador y en la imagen se ve a mamá pintando toda la pared de la sala de la casa.
En cualquiera de los tres casos, los niños deben mirar y leer la imagen. Tienen que buscar qué dice el texto y qué la imagen, y analizar cómo las dos cosas se complementan o dialogan entre ellas. Lo increíble de todo es que en el mundo de la producción y edición de la literatura infantil, son precisamente los libros que tienen buen trabajo de ilustración, los que tienen poco texto, porque no lo necesitan; porque en la imagen está lo que el texto omite.
Cuando leemos con nuestros hijos, debemos leer y descifrar también esa imagen para poder aprovechar todo el libro. Y muchas veces nosotros como adultos la pasamos por alto, porque no somos lectores de imágenes.
Tips para leer las imágenes en los libros infantiles
1. Sugiero no pasar la página sin mirar las imágenes. Detener la mirada en ellas y detallarlas.
2. Empezar por describirlas: ¿Qué está pasando? ¿Quiénes están ahí? ¿Dónde están y qué están haciendo?
3. Comparar lo leído con lo visto. ¿Es igual o distinto? ¿Dicen lo mismo? ¿Qué hay en la imagen que no hay en el texto? ¿Entenderíamos lo mismo si quitamos la imagen, o es fundamental para la comprensión adecuada del libro?
Hagan ustedes el ejercicio con estas páginas de libros para niños. Luego, empiecen a aprovechar y a leer con sus hijos de manera distinta los libros y no se preocupen tanto por la cantidad de texto que haya en el libro.
Este libro ofrece una oportunidad increíble de lectura de imágenes, precisamente por la transformación del cuarto de Max en un bosque. Pueden hablar de cómo aparece el bosque, cuáles objetos del cuarto se transforman y cómo, qué sucede con lo que se va desapareciendo. ¡No olviden mirar y detallar la cara y expresión de Max!
En este caso, miren y analicen a los dos personajes: ¿Cómo están en cada página? ¿Qué dicen con su postura y color? ¿Qué significa que el texto se repita tres veces cada vez en un tamaño mayor? Aprovechen para mirar bien el libro que están leyendo pues allí hay muchas pistas.
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