Cómo acercar a los niños al mundo de las letras

Por:  Raquel Cuperman

Desde antes de nacer los niños están inmersos en el mundo de la palabra. Muchas investigaciones recalcan el hecho de que aun en el vientre oyen y reconocen sonidos. Las voces de los familiares cercanos y los cuidadores que pasan tiempo de calidad con ellos, los guían por el camino del habla, el lenguaje y la estética.

Cada niño es un mundo en sí; sus procesos son individuales y propios. Hay etapas específicas en las cuales se les facilita aprender y dominar ciertas habilidades. Pero lo cierto es que no se pueden generalizar los logros de algunos niños argumentando que “a esta edad todos deberían…..”. No hay meses, años y fechas en los cuales, de repente,  ellos hacen “clic” y empiezan a hacer algo que antes no lograban.  Sin embargo, los padres si pueden estimular y fortalecer algunos procesos básicos de desarrollo y  ayudar a los niños a familiarizarse con el lenguaje impreso. Esto les ayudará en el futuro a sentirse cómodos y tranquilos en el mundo de las letras.

"Entienden que las palabras están ahí para mucho más que pedir cosas y recibir órdenes..."

Los bebes que están rodeados por la palabra, ya sea porque les hablan, cantan, mecen y juegan entienden que las palabras están ahí para mucho más que pedir cosas y recibir órdenes. Comprenden que el lenguaje existe para comunicarse, para decir lo que necesitan, pero también para gozar con el ritmo y la cadencia de los sonidos. Aprenden que el lenguaje tiene un valor estético, que emociona, que puede hacerlos sentir tranquilos o inquietos.

Un chico que obtiene todo lo que quiere a punto de señales con sus manos, gritos y alaridos tiene un nivel de comunicación diferente a otro que sabe que las palabras sirven para nombrar las cosas. El uso de un lenguaje claro y en tono neutral ayuda a que los niños sobrepasen la función utilitaria del lenguaje. Aproximar a los niños al lenguaje y a la palabra también les permite acercarse más adelante con más sensibilidad y gusto a los libros, la lectura y la literatura.

Tips para acercar a los infantes a las letras: 

1. Ver a sus padres leer es un primordial. Reconocer y ser conscientes de la enorme cantidad de contenido impreso que hay a su alrededor (vallas, periódico, rótulos de los alimentos, avisos, textos en medios digitales y obviamente libros) les permite ir entendiendo que esas “marcas o mamarrachos en el papel” tienen una función importante y significan algo. Sin embargo, este no es un aprendizaje que surge por arte de magia, los adultos y formadores deben hacer muchas cosas para que los niños comprendan esto.

2. Dar libros a los niños pequeños es importante. Aunque ellos aún no los puedan leer, pueden aprender desde muy chiquitos cómo manipularlos. Hay una manera especial para abrir un libro, para pasar sus hojas, para cogerlo derecho y ver las imágenes de manera correcta. Desde muy pequeños, los niños deben entender que los libros tienen un comienzo y un final, que al cerrarlo se acaba la historia que contaba, que cada página cuenta algo nuevo o distinto. En nuestra cultura, el libro sigue una secuencia de izquierda a derecha y así se abre, mira y lee. Deben aprender que un autor es aquel que escribe ese libro y un ilustrador es el que puede ayudarle a hacer los dibujos. Cuando los niños tienen claros estos conceptos básicos, es más fácil acercarlos a los libros más adelante.

Las canciones también son buenos recursos para generar conciencia de lo impreso. Aún desde muy chiquitos, los niños aprenden canciones completas o partes de ellas. Cuando así sucede, los padres pueden aprovechar para permitirles completar la canción con aquellas palabras que memorizaron o reconocen, aunque su vocabulario y pronunciación no sean totalmente claros. Así, van entendiendo que ellos también pueden valerse del lenguaje para expresar lo que sienten o ven. 

3. Los padres deben aprovechar todas las oportunidades cotidianas para señalar a los niños los textos escritos en el día a día: avisos, vallas, rótulos en el mercado y tiendas, nombres y logotipos de los almacenes y marcas, avisos ilustrados en periódico y revistas, dibujos y letras en las cajas de galletas, cereales u otros.

4. Pueden también pedir a los niños que escriban cartas o recetas, aún si todavía no dominan la utilización de las letras del alfabeto; es una manera de enseñarles que la escritura tiene un propósito o una intención. Pueden contarles que van a hacer mercado y pedirles que escriban en una hoja lo que quieren que compren. Pueden solicitarles que expresen por escrito lo que quisieran decirle a ese familiar lejano cuando hablen con él por teléfono; o que escriban una nota a papá o mamá porque llegan muy tarde a casa del trabajo, o porque se van de viaje al día siguiente. En estas cartas, ellos harán garabatos y dibujos e intentos de letras. No pidan nada distinto. Elogien sus logros y aprovechen la excusa para hablar y asegurar la intención comunicativa.

En fin, hay muchas cosas que se pueden hacer en casa para motivar a los niños a querer descifrar el lenguaje escrito. Pero, lo más importante de todo, es que sea un juego natural y no una experiencia obligatoria en la cual  se castiga el error. Esto llevaría directo a la frustración y al rechazo hacia la lectura más adelante.


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