Colombianos que ilustran historias para niños

Ilustrar un libro infantil es mucho más que hacer dibujos, es quizás darle vida y color a las imágenes visuales que alguien ha creado en tu cerebro a través de las palabras escritas…

No es un trabajo fácil y, hoy en día en esta generación tan inundada de estímulos visuales, es un reto y una pasión. Siempre he pensado que los ilustradores tienen que leer muchas veces un texto escrito y cerrar los ojos para encontrar en su mente las formas, figuras, colores y tonos que esas palabras evocan.

Después, viene un proceso de diálogo y concertación entre la editorial y el autor para asegurar que hay sinergia entre el texto y la imagen y que ambas garanticen el mejor resultado para las dos partes.

Hay ilustradores que son capaces de crear ellos mismos los textos para sus imágenes, aunque seguramente también habrá quienes lo hagan al revés y en ocasiones crearán las ilustraciones para sus textos. ¿Cuál será el orden: primero las ilustraciones y luego el texto o al revés? A mí me cuesta trabajo definirlo y seguramente para cada ilustrador el proceso será único y particular.

En nuestro país, así como hay reconocidos y prestigiosos autores infantiles colombianos, hay también un increíble talento en la producción de ilustración infantil. Hay grandes artistas que se han dedicado a ilustrar libros para otros ya sean tanto connacionales o extranjeros; algunos figuran como autores al mismo tiempo, otros solo dedicados a sus pinceles, colores, oleos o lápices.

¿Quiénes son aquellos colombianos que ilustran las obras infantiles y cuáles son algunos de sus mejores trabajos dedicados a la primera infancia?

Hay grandes autores ilustradores como Ivar Da Coll, Claudia Rueda, Alekos, Olga Cuellar, Dipacho, Amalia Low, Daniel Rabanal, Claudia Rueda y Rafael Yockteng solo para mencionar algunos. Otros colombianos han logrado reconocimiento solo por su trabajo de ilustración entre los que vale la pena mencionar a Esperanza Vallejo, Santiago Guevara, Henry Javier González, María Fernanda Mantilla, Helena Melo Tovar y Rocío Parra entre otros.

 

¿Cuáles son algunos de los libros ideales para la primera infancia con ilustración sobresaliente hecha en Colombia?

La verdad es que el criterio de selección es bastante subjetivo. Evaluar las ilustraciones es un poco como entrar a un museo y preguntar a todos los visitantes cuál fue la obra qué más les gustó; seguramente algunos coincidirán en algunas escogencias mientras que en otros casos solo llamarán la atención de algunos pocos espectadores.
Pero, igual, hacer esta escogencia es buen ejercicio para abrir los ojos y mirar con detenimiento las ilustraciones de algunos libros infantiles para la primera infancia y quizás aventurarse a nombrar otros distintos. Les comparto algunos:

Los chigüiros de Ivar Da Coll. Este autor ilustrador hizo los primeros libros de Chiguiro alrededor de 1985, en esa época con Editorial Norma. En el año 2016, Babel Libros hizo unas reimpresiones maravillosas que son las que actualmente se consiguen en el mercado. Son libros en cartoné sin texto alguno, que muestran cómo ese personaje, roedor típico de nuestro país, es tierno y encantador y es capaz de jugar de manera excepcional con la imaginación. ¡No se pueden perder Chiguiro viaja en chiva! ¡Un libro precioso!

 

Las brujitas de Olga Cuellar. En este libro, la autora utiliza cuerpos largos y estilizados, brazos tan largos que llegan hasta el piso, narices casi tan puntiagudas como los sombreros de pico y una mirada pícara que sirve para hacer travesuras más allá de la magia. Está hecho de ilustraciones que no necesitan texto para mostrarle a los niños que todos tenemos miedos y pesadillas y que no es tan fácil montar bicicleta o patines. Me encanta el libro Saltarines porque es divertido, simple y juega hasta con bordes de las páginas.

Los ratones de Claudia Rueda. Aunque tiene muchos otros personajes, son sus ratones los que más me gustan. Son flacos, graciosos, traviesos y escurridizos. Aparecen como personajes principales en muchos libros o sutiles y juguetones escondidos en otros. Me encanta el libro PUM para la primera infancia, un libro con muy poco texto que cuenta la historia de un elefante muy grande que camina con sus enormes patas por la selva. Me encanta el juego que hace la autora con las palabras en el lado izquierdo de las páginas.

El color negro en los libros de Dipacho. Me deleita pensar que un color fuerte, agresivo y triste puede tener una presencia tan grande e importante en los libros infantiles. Las ilustraciones no siempre tienen que ser sutiles y claras y pueden ser, como lo logra este ilustrador, marcadas e impactantes. Me gusta mucho Dos pajaritos, un libro sin palabras y sencillo que nos hace pensar en el consumismo y materialismo.

ndependientemente de los gustos personales, espero que este artículo sea una oportunidad para explorar un poco los libros infantiles desde la ilustración. Quizás nos permita olvidar el texto y mirar con cuidado la técnica, el color, las formas y la sutileza o la fuerza del lápiz o pincel para aventurarnos luego con sus hijos a divertirse con el arte también.

 


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