Todos los países merecen la misma calidad de productos ¡No a la doble calidad de alimentos!

En Latinoamérica al igual que en Europa del Este se vive la doble calidad de los alimentos, es decir, productos que, según el país en el que se comercializan y a pesar de que son homónimos en otros países, pueden variar en su composición...

Está siendo abordada la problemática de la doble calidad de los alimentos que se comercializan en la Unión Europea, recomendando que un producto alimenticio comercializado en distintos países de la UE con una misma marca y envase, tenga la misma composición, en caso de que la composición varíe, el producto no debe ser etiquetado y presentado de un modo aparentemente idéntico al que se comercializa en otro país.

El año pasado, la Comisión Europea se pronunció sobre las denuncias realizadas por algunos países de Europa del Este, asegurando que no existían evidencias significativas de esas diferencias y que no había productos mejores que otros dependiendo del país en el que se comercializaban. Posteriormente se demostró que los productos anunciados y comercializados bajo una misma marca y con un envase aparentemente idéntico, diferían en composición e ingredientes perjudicando a los consumidores, siendo estos de peor calidad.

El Parlamento Europeo comenta que las diferencias se han encontrado en productos como las barras de pescado, las sopas instantáneas, los refrescos o el café, pero también se han encontrado en productos no alimenticios como, por ejemplo, los cosméticos, los productos destinados a los bebés o los detergentes. Al igual que en Latinoamérica esto se trata de prácticas comerciales desleales en la cadena de suministro que afectaban sobre todo a los ciudadanos, como si los países en desarrollo no fueran merecedores de los mejores estándares de calidad.

Los estudios realizados han demostrado que en el mercado existen productos de una misma marca que varían la cantidad de ingredientes, ejemplo, que contienen más cantidad de grasas dependiendo del país de venta, variaciones en la cantidad de azúcar o el tipo de edulcorantes empleados, café que se comercializa con diferencias significativas en la composición, menos cafeína y más azúcar, entro otros ejemplos.

Esta situación también ha sido denunciada por La Organización Mundial Médicos sin Fronteras, quien denunció que la Unión Europea ha realizado donaciones a los países receptores de ayuda humanitaria con alimentos que no cumplen las normas de calidad para ser comercializados en el mercado europeo debido a su baja calidad nutricional.

"Están donando productos que nunca serían comercializados en los supermercados europeos como alimentos aptos para consumo infantil debido a sus deficiencias nutricionales" Afirma Stephane Doyon, experto en nutrición de MSF.

Resulta a menos lógico que si un producto es vendido bajo la misma marca y embalaje, debería tener la misma composición independientemente del país en el que se comercialice. La modificación de la Directiva sobre prácticas comerciales desleales propuesta por la Comisión Europea es un buen punto de partida, para acabar con las discriminaciones alimenticias.


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