7 cambios graduales para mejorar la alimentación de tu hijo
Muchos programas de dieta piden que las personas cambien la forman en que comen drásticamente y que hagan estos cambios de la noche a la mañana…
Los hábitos alimentarios se establecen durante muchos años, y puede ser difícil cambiarlos. Por esta razón, las recomendaciones que le ofrecemos a continuación son muy diferentes. Cuando se trata de su hijo con sobrepeso, es necesario que le ayude a realizar pequeños cambios graduales en sus hábitos alimentarios durante un período de tiempo. Introduzca 1 o 2 cambios a la semana. Ella o él descubrirá que esa clase de cambios, en pequeños pasos, son más fáciles de hacer.
Aquí le proporcionamos algunas ideas para ayudar a hacer esta transición en incrementos lentos y constantes. Por ejemplo, puede significar comer en restaurantes con menos frecuencia, tal vez dos veces por semana en vez de 4 o 5 veces por semana.
A continuación, le brindamos 7 sugerencias para hacer cambios graduales en la dieta:
1. Introduzca nuevos alimentos saludables poco a poco. Algunos niños son reacios a probar cualquier alimento nuevo; es posible que tome varios intentos antes de que le tome gusto.
2. Evalúe qué congelados está comiendo su familia, y gradualmente cámbielos por alternativas saludables, por ejemplo, palomitas de maíz sin aceite en lugar de galletas, y barras de jugo congelado (sin azúcar) en vez de helado.
3. Sirva ensaladas con más frecuencias y elija aderezos bajos en grasa. Enséñele a su hijo a utilizar una cantidad apropiada de aderezo y cómo lo puede pedir por separado en los restaurantes.
4. Cuando haga sándwiches, utilice carnes bajas en grasa (por ejemplo, jamón de pavo) y observe si su hijo nota la diferencia.
5. Cambie de mayonesa y otros aderezos para untar altos en grasa a variedades de grasa reducida. Utilice las comidas para untar con moderación y enséñele a su hijo a hacer lo mismo.
6. Intente una receta vegetariana adaptada especialmente para niños para espaguetis o lasaña, utilizando verduras en vez de carne, junto con quesos bajos en grasa.
7. Gradualmente sustituya las bebidas altas en calorías por agua o bebidas bajas en calorías.
Todo en familia
Ayudar a su hijo a perder peso será un proyecto de toda la familia. No puede esperar a que su hijo con obesidad cambie sus hábitos alimentarios por su propia cuenta mientras que otros en la familia no están demostrando ninguna abstinencia y continúan consumiendo dulces y helado con alto contenido de grasa.
Eso significa modelar los comportamientos de alimentación saludable que desea que su hijo adopte, ahora y en el futuro. Significa reclutar a todos los adultos en la vida de su hijo, así como otros niños como miembros activos del equipo de apoyo para dar buen ejemplo todos los días. Todos deben adoptar el mismo plan alimentario, o se arriesgará a que su hijo con sobrepeso se sienta diferente, aislado e incluso resentido y aumentará las oportunidades de fallar.
Ahora, ¿qué ocurre si tiene un hijo con sobrepeso en su familia, pero sus otros hijos no? ¿Cómo le explico a un hijo delgado que toda la familia está adoptando una nueva manera de alimentación, aun cuando ella no tiene necesidad de bajar de peso? A continuación, le ofrecemos el método que recomendamos.
Explíquele que toda la familia que va a trabajar para ser más saludable y que los cambios nutritivos realizados son para el bienestar de toda la familia, desde el más delgado hasta el que tiene más sobrepeso (“Vamos a comer fresas como postre en la noche en vez de pastel de chocolate ya que es mucho más saludable para todos nosotros”).
La importancia de comer en familia
Al mismo tiempo, convierta la hora de la comida en un tiempo para estar en familia cuando sea posible. Intenten comer la mayoría de sus comidas juntos. Los niños aprenden más sobre las buenas opciones de alimentos y una nutrición saludable cuando los miembros de la familia se reúnen para el desayuno, el almuerzo y la cena.
Las investigaciones también demuestran que los niños comen más verduras y frutas, y consumen menos alimentos fritos y bebidas azucaradas cuando comen con toda la familia.
A medida que sigue estas recomendaciones para cambiar la manera en la que come su hijo, se dará cuenta de que éste nuevo método nutritivo se vuelve más fácil con el tiempo. Recuerde, no es necesario que cuente las calorías o los gramos de grasa, y no es necesario entrar en pánico si su hijo tiene un mal día o incluso una mala semana. Un poco de reincidencia no va a hacer fracasar un plan de buena alimentación si regresa al buen camino lo más pronto posible. Recuerde que el equilibrio de energía es un objetivo a largo plazo.
Fuente
*A Parent’s Guide to Childhood Obesity: A Road Map to Health (Copyright © 2006 American Academy of Pediatrics)
*Artículo originalmente publicado en healthychildren.org
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