¿Qué pasa con la sobreexposición de la vida “perfecta” en redes sociales?  

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Una emoción muy común al ver las redes sociales, es anhelar la vida de otras personas…

El tema de hoy salió hace unos días tras hablar a “calzón quitao” de las ganas que a veces nos dan de ser otras personas cuando revisamos las redes sociales. Después de darle muchas vueltas a este tema, oyéndolo en diferentes conversaciones y viviendo una experiencia personal. Puedo decir que he visto más el efecto negativo que esto está causando, que el positivo. 

Ahora bien, empecemos por lo positivo; jamás en la vida había tan fácil ser emprendedor. ¡Es verdad! ahora no se necesita de grandes inversiones en medios de comunicación para hacer conocer un emprendimiento o producto. Con una cuenta en redes sociales, constancia, buen contenido, disciplina y estudiar para entender un algoritmo (que para mí es chino avanzado), se pueden hacer maravillas con un negocio impulsado desde redes sociales.  Por otro lado, agradecemos a la tecnología cuando tenemos la oportunidad de volver a contactar a personas que hace muchos años no veíamos.

Sin embargo, el tema es mucho más profundo de lo que parece. Empecemos a reflexionar sobre cómo manejamos emocionalmente, psicológicamente y mentalmente las redes sociales. Varios casos nos han demostrado que, si no tomamos un rol maduro y activo en nuestras vidas frente a esta nueva forma de comunicación, nos lleva el que nos trajo.

Desde no poder concentrarme en mi trabajo por revisar cada dos minutos WhatsApp

En mi caso, he pasado por todos los estados. Desde no poder concentrarme en mi trabajo por revisar cada dos minutos WhatsApp, hasta terminar viendo a mis ex novios coquetearles a niñas lindas. Realmente sufrí, me llené de tantas inseguridades que se me olvidó todo lo que entendía respecto a tener amor propio. Pero bueno, hoy puedo decir que gracias a esa conciencia que tomé, pude trabajar mi autoestima, hacer crecer mi amor propio y sobre todo aprovechar la fortuna de tener una vida propia. Ahí voy… trabajando todos los días.

No les voy a mentir que a veces cuando abro Instagram y veo fotos de un viaje en un lugar paradisiaco, mientras yo meto los pies en la cobija. También quisiera estar en ese lugar, con un esposo e hijos para sonreír para la foto. Por obvias razones también me encantaría que mis cuentas subieran a ese número de seguidores para mover mi negocio. Pero bueno, mi proceso es otro, ya viajaré si esto es lo que debo vivir y trabajaré para que mi trabajo se vaya robusteciendo. 

 

Saliéndonos un poco de mi experiencia. Debo aceptar que, así como le debemos muchas facilidades actuales a la tecnología, también debo reconocer lo poco que ha alimentado nuestra alma.

En el aspecto intelectual, la tecnología nos ha reducido los tiempos de concentración, y de hacer cosas con criterio propio, copiamos más y pensamos menos. 

Por otro lado, las relaciones son cada vez más frías. Nos cuesta improvisar conversaciones cara a cara, no entendemos la psicología y las emociones de los otros para acompañarlos en su felicidad o en su dolor.  Nos estamos volviendo seres narcisistas, donde la única preocupación es la propia, y lo importante es lo que yo estoy mostrando, más no lo que realmente soy. Todo esto me hace definir el último punto, es el más preocupante de todos, y es la relación con nosotros mismos. 

La sobre exposición de la vida “perfecta” nos aleja de nuestra realidad, nos crea insatisfacción y envidia. Terminamos haciendo comparaciones absurdas que nos crea carencia. La carencia es la enemiga número uno de la felicidad. Porque la carencia viene del miedo, y el miedo no es más que falta de amor y confianza. Este círculo vicioso nos desconecta de toda La Luz que tenemos, y nos aleja del proceso individual para entender la existencia.

 

Así que queridas lectoras, mi invitación es a reflexionar sobre ¿Cómo estamos entablando relaciones verdaderas? ¿Qué implica tener una relación con alguien? ¿Qué implica tener una relación conmigo (es decir contigo)? Si trabajas la conciencia, tus hijos tendrán un ejemplo claro y real a seguir. Esto se vuelve el ciclo de la vida donde vamos dejando semillas para que este mundo sea mejor.                                                                                                                                  

Esta era virtual llegó no solo para facilitarnos algunas cosas, sino también para enseñarnos a madurar, crecer y evolucionar como personas. Si te sentiste identificada con este artículo, por favor comparte, coméntanos tu experiencia y no dudes en pedir ayuda si lo necesitas. Con mucho amor y respeto trabajo unas técnicas que pueden ayudar a mejorar la relación con las personas, con nosotros mismos y con nuestra misión en la vida. 

 

Juliana Morales

 

¡Gracias por tu like y tu comentario acá en @AlmaLab_Colombia!

Un fuerte abrazo

#mujerseguramamasegura

 


1 comentario


  • npqaksjoik

    Muchas gracias. ?Como puedo iniciar sesion?


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