5 librerías infantiles que no te puedes perder en Bogotá

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Hace poco alguien me dijo que yo estaba loca; no entendía cómo era posible que cuando viajaba por fuera del país, visitara librerías y bibliotecas antes que playas y monumentos. Bueno, debe ser que la pasión siempre se lleva por dentro y termina manifestándose pues no puedo dejar de evitar entrar a las librerías en otras ciudades y chismosear aquello que hay allí escondido. Quizás pretendo descubrir cosas que desconozco y que no siempre están disponibles en el mercado común que conozco, pero confieso que también lo hago para oír lo que conversan chicos y grandes cuando se asoman a escoger los libros.

Me gusta oír las conversaciones entre padres e hijos, esas "batallas" que suceden a veces cuando los más pequeños quieren comprar el libro que en la carátula tiene lo que ve en la tele, mientras los adultos quieren convencerlo de lo contrario. Tan solo en contadas ocasiones he visto padres que saben de libros para niños y llegan pidiendo un título específico (aunque a veces lo llevan anotado en un papelito pequeño para no olvidar el nombre de un autor extranjero que no saben pronunciar y que ha sido recomendado por algún conocido o amigo). Lo común es que compren lo que está en los mesones de promoción; pues estratégicamente allí está puesto lo que más atrae y lo que prácticamente se vende solo. 

En muy pocos sitios he visto libreros de verdad; esos seres extraños que han leído muchos de los libros exhibidos, que hablan con propiedad de libros, autores e ilustradores, y que forman y apoyan lectores infantiles. Solo en las librerías especializadas he visto libreros verdaderos, personas cultas y lectores que cuando empiezan a hablar de libros, se iluminan y sonríen 

Me preguntan muchas veces por buenas librerías y libros infantiles. Creo que estas pequeñas pautas pueden ayudar mucho para saber si están en buenas manos cuando llegan a una de ellas:

 

Libreros pero no librerías

Una buena librería debe tener un buen librero, alguien que conoce la colección y puede hablar de ella con prioridad. En las grandes librerías, los vendedores no siempre conocen los libros para niños y jóvenes. Por eso, cuando hay alguien exclusivo para esa sección, es más probable conseguir mejor orientación y mejores títulos. Prefiero las librerías especializadas, pues sé que en el montón de cosas, lo poco y bueno puede pasar desapercibido, mientras que en lo poco y exclusivo, siempre hay un buen criterio de selección.

 

Entrar a una librería y ver a un librero leyendo

Esa es mi regla de oro... Un librero que aprovecha los tres minutos libres para leer es un magnífico indicador para una buena ayuda. Un libro abierto, unos ojos escondidos tras un libro (no un celular o pantalla), me indican que ha llegado a un sitio en donde el libro es sagrado; donde van a ofrecer o mostrar algo que a otro le ha gustado. Sé que lo van a acompañar a encontrar algo que guste, no algo que la librería tenga que vender por margen o rotación. 

 

Alguien que pregunte por lo que me gusta

El buen librero pregunta por gustos y preferencias lectoras, quiere saber qué otras cosas han leído, quiénes son mis autores favoritos, qué ha visto en cine, cuales géneros gustan. Aquellos sitios que escuchan y respetan a cada lector como ser único e individual, que no generalizan porque "a todos les gusto este libro". Personalmente soy aun exigente con los niños, pues a ellos sí que hay que hablarles y conocerlos para darles el libro preciso y acercarlos con ello aún más a la literatura. Un buen librero que pregunta, conversa, y escucha más que decir que leer o comprar.

 

No siempre lo que está de moda

Si bien algunos libros de calidad tienen su momento de fama y gloria, muchas veces lo bueno está escondido y no hay tantos ejemplares en existencia. El buen librero me guía hacia lo desconocido y va más allá, me lleva a encontrar el libro del estegosaurio y no él de dinosaurios en general, la historia clásica de Caperucita Roja con las ilustraciones precisas de Paloma Valdivia, (por mencionar sólo uno de ellos), la novela juvenil que encantará a mi hijo deportista y el cuento infantil de fantasmas para mi sobrino que ya ha leído todos los libros conocidos del tema.

 

No quiero que me ofrezcan lo que está en la mesa con precios de promoción

Quiero saber que allí hay un libro especial esperándome; que me susurrara algo al oído a mí y a nadie más. Un libro bien escrito, con un buen tema, y hermosas ilustraciones que, así me cueste un poco más, querré guardar en mi biblioteca luego de leerlo y no regalarlo apenas llegue el momento de limpieza del hogar.

 

No importa la edad marcada sino la edad lectora

Las grandes editoriales hoy día marcan los libros según criterios lectores fijados por la edad cronológica general. Así todos los niños de diez años son lectores en marcha y los de menos de tres son pre lectores. No quiero que me rotulen en un grupo, quiero que me vean como un lector único, con capacidades particulares y gustos individuales. No todos los niños menores de 3 son pre lectores ni todos los de 10, lectores en potencia. Hay muchos chicos que tienen dificultades lectoras y no leen tan rápido como deberían, hay niñas que quieren libros de autos y otros que quieren que sus padres les lean aunque ellos ya sepan hacerlo solo.  Me encanta cuando el librero ve a niño como lector único y lo respeta en todas sus posibilidades.

 

En fin, un buen librero contagia y apasiona, habla de libros como si fueran sus mejores amigos, pues quiere asegurarse de que quien se los lleve a su casa, les augure la mejor vida posible. 

 

Sugerencias  de librerías infantiles con buenos libreros en Bogotá:

  • La librería de Ana - Cl. 134 # 55-66, Bogotá
  • Librería Lerner - Avenida -  Jiménez No 4-35 y Carrera 11 No 93A-43
  • Mr Fox - Calle 61 # 5 57
  • Espantapájaros - Carrera 19a #104A – 60
  • Babel Libros - Calle 39A # 20-55

2 comentarios


  • Enrique

    Conoces la Librería la hora del cuento?,


  • Elvira

    Se nota que no has pasado por la mejor Librería infantil en Bogotá. La hora del cuento


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