5 consejos para que introduzcas normas de manera efectiva con tus hijos

En los primeros años de vida se forman muchísimos rasgos de la personalidad de tus hijos. ¡Utiliza las normas como una herramienta para sentar una buena base!

¡Qué bueno poder compartir con ustedes una vez más! Hoy les voy hablar de un tema que nos cuestiona mucho como padres: La Norma… cómo manejarla, cómo hacer para que sea acertada y acatada por nuestros hijos. A veces no tenemos ni idea de cómo abordarla y ponerla en práctica en nuestros hogares. Pues bueno, para eso estamos acá, para ayudarte y enseñarte a cómo convertirla en una aliada y gran amiga en el proceso de crianza de tus hijos.

¿Qué son las normas?

Primero definamos que son las normas;  ellas son un conjunto de reglas y  límites que debemos acatar para vivir en armonía dentro de una sociedad. Por lo menos eso es lo que los adultos entendemos e intentamos aplicar.

Pero la norma también va muy ligada a los hábitos y rutinas: debemos bañarnos y organizarnos para ir a trabajar, llevar la ropa sucia a su lugar, organizar la casa, etc. Y sí, a nosotros a veces nos cuesta lidiar con esas pequeñas cosas de la vida. Queremos dormir un poco más, los trancones son terribles y no queremos salir de la casa y así. Sin embargo las aceptamos y tratamos de ponerle la mejor cara a la situación. Ya somos adultos y no podemos hacer pataleta o llorarle a nuestros jefes. O peor aún lanzar todos los objetos de la casa por nuestra frustración (como lo hacen en muchas ocasiones nuestros hijos cuando no quieren algo).

 

La importancia de las normas con nuestros hijos

Todo esto lo propongo para decirles que el primer complemento de la norma con ellos (nuestros hijos) es la paciencia. Estoy segura de que muchas mamás y papás están diciendo ¿maaaaás paciencia? ¡noooo, imposible! Pero sí mamá y papá,  todo con ellos necesita una dosis gigante de paciencia y amor. La buena noticia es que esta norma ya la vienes aplicando desde que nació con esos hábitos y rutinas que llevas con ellos: bañarse, comer, dormir, y demás cosas sencillas; no obstante, con el pasar de los años, dichos hábitos se han vuelto más desafiantes y complicados de llevar. Por eso te invito a que sigas estos 5 consejos que con total seguridad, si se llevan a cabo, ayudarán a que las cosas sean más fáciles no solo para tus hijos, sino también para todos los miembros de tu familia.

La norma y los límites son fundamentales. Recuerda que en la primera infancia, que va desde los 0 hasta los 6 años, se definen un sin número de rasgos de la personalidad. No queremos que nuestros hijos más adelante sufran al tener que enfrentarse a la sociedad. Por eso este es el momento u oportunidad para ayudarlos a crecer socialmente. ¡Aquí vamos con los cinco consejos!

 

1. Define que quieres lograr con las normas

Esto quiere decir, qué normas quiero que haya en mi familia, qué les quiero enseñar a mis hijos: ¿Sólo limitarnos a respetar a los adultos, a sus hermanos, a no tirar los juguetes, a no hacer pataleta? Yo te invito a que, con papel y lápiz, trasciendas un poco más y visualices por un segundo cómo quieres que sea ese niño(a) cuando sea grande. Dichas preguntas háztelas no para que le exijas más de lo que él puede dar, sino para que analices qué consideras realmente importante.

Qué herramientas le vas a enseñar ahora que esta pequeño para la vida, para que cuando crezca sea un adulto pleno, feliz y con capacidad para solucionar sus propios desafíos. Las normas no son las mismas para todas las familias, lo que para unas es realmente importante para otras no lo es, por eso esa lista de normas es un trabajo que debes hacer tú.

2. Involucra a tus hijos en el proceso

Para este punto quiero empezar con esta frase porque es exactamente lo que te invito a hacer.

“Dime y lo olvido, enséñame y lo recuerdo, involúcrame y lo aprendo” 

– Benjamin Franklin

Todos los procesos de aprendizaje tienen que involucrar activamente a tus hijos. Cuando ellos participan en la construcción de la norma ellos mismos se encargan de definir la corrección cuando la incumplen, porque no existe nadie más normativo que un niño. Te voy a dar algunos ejemplos para que compruebes que así es: si tú le prometes algo a tu hijo, como ir al parque, un paseo, un helado, un regalo… y tú no lo cumples, ellos son los jueces más duros porque te lo van a recordar cada vez que puedan. Si tú le dices a su hermano mayor que debe compartir con él y no lo hace, saldrá corriendo a ponerte la queja.

Sé que te estarás preguntando cómo pueden ellos participar en algo que tú quieres que hagan sí o sí. Esto es muy simple. Siéntate con él e infórmale que tienes unas normas que debe seguir en el hogar. Si puedes buscar imágenes donde él observe visualmente lo que tú quieres que logre, será mucho más significativo. Vuélvelo divertido, pregúntale cuál le gusta cumplir más, y recuerda que es muy importante escucharlo. Invítalo a pegar las imágenes en el cuarto, donde las pueda ver. Con eso tú no le estás dando la opción de si la quiere cumplir o no. Lo estas motivando para que las cumpla.

3. Actua con firmeza si se incumple la norma

Si bien él ya tiene conocimiento de la norma, es muy importante que también esté informado acerca de cuál será su correctivo. Como quien dice: soldado avisado no muere en guerra. Esto no es para que tu hogar se vuelva un ejército, sino para que entiendas lo valioso e importante que es que tus hijos sepan qué sucede cuando no se cumplen las normas. Esto es importante porque ellos tienen que aprender desde pequeños que en la vida hay consecuencias buenas o malas que dependen de nuestros actos.

"Entiende que la introducción de la norma también es un proceso en el que tienes que permanecer consistente y con firmeza"

El secreto aquí es la firmeza… firmeza, paciencia y amor. Si un día al no cumplir la norma no se hace nada y esperas al otro día para aplicar el correctivo, parecerá que no se está haciendo nada. No habrá consistencia, y por ende, habrá menos permanecía de la norma en el tiempo ¡Y lo que realmente queremos es  que la norma y los limites estén presentes cada día en los hábitos y rutinas de tus hijos! Acuérdate de que estos están estrechamente ligados. Entonces, entiende que la introducción de la norma también es un proceso en el que tienes que permanecer consistente y con firmeza.

No conozco a tus hijos, por eso no te puedo dar una lista de correctivos que funcionen ya que cada hijo es distinto. Sí sé que te va a funcionar escucharlo. No tienes que gritarle cuando incumpla una norma. Simplemente aléjate con él, demuéstrale que tú no estás en contra de él, sino hazle notar el acto que está cometiendo, la falta que está incumpliendo.

4. Aprovecha la primera infancia para introducir la norma

Están de acuerdo conmigo con que, en muchas ocasiones, cuando nuestros hijos están fuera de control, esto empieza a repercutir en la vida de pareja. En el ambiente de nuestros hogares se pierde la armonía. Déjame decirte que ellos no tienen la culpa. Uno hace con ellos lo que quiere, nosotros los adultos somos sus alfareros. Por eso tienes que aprovechar al máximo la primera infancia. En esta etapa ellos aprenden las bases para enfrentar el mundo. Esto no quiere decir que más adelante no podrás lograr enseñarles cosas, no, no, no. Seguimos aprendiendo a lo largo de toda nuestra vida. Claro, cada vez más complejo y cada vez tomará más tiempo. No te dé miedo poner límites y normas en el hogar, ya que estas harán de tus hijos niños más seguros, plenos y felices.

5. Da el ejemplo

Cerramos estos 5 consejos con broche de oro, con el ejemplo. Papás y mamás: ellos, los hijos, no hacen lo que les decimos sino lo que ven hacer. Es impresionante cómo ellos se hacen el reflejo de nosotros. Es inevitable que nos quieran imitar; somos sus héroes. ¿Quién no se siente seguro con los padres? Todos, hasta cuando somos grandes. El solo hecho de saber que ellos están bien nos hace felices. Es por eso que tienes que darle ejemplo a tu hijo. Si una de las normas es levantar los platos hasta la cocina, no dejes el tuyo en la mesa. ¿Tiene que llevar la ropa a su lugar? lleva la tuya. Si consiste en guardar los zapatos en su lugar, lleva los tuyos.

Ellos constantemente están haciendo una lectura de su entorno. Por eso tu ejemplo es el primer referente que tienen ellos de comportamiento. Qué responsabilidad tan grande, ¿verdad? Pero no te angusties: tu corazón no falla. Si sientes que estás haciendo las cosas bien, sigue haciéndolas así. Toma solo lo que te aporte cosas buenas para ser mejor persona y que a ti también te haga feliz.

Por ahora me despido, les escribo con el corazón y la esperanza de que estos consejos les aporten algo para este lindo proceso de ser padres. Recuerden que estamos aquí para escucharlos y ayudarlos. Dejen su comentario, será un gusto responderles. Los quiere, Carolina.

 


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