5 consejos para aumentar tu producción de leche materna

Una de las preocupaciones más comunes que escucho en las mamás es si serán capaces de producir suficiente leche para amamantar a su bebé. Hay varias acciones que puedes tomar para aumentar tu producción de leche materna

Esta es una pregunta que me llega frecuentemente en mi rol como directora de un centro de lactancia materna, en mi consulta o en mi asesoría en clínica privada. Durante las primeras seis semanas a partir del nacimiento es importante que pases mucho tiempo con tu bebé. Dale pecho a libre demanda: cada vez que lo pida, de día y de noche, sin horario y sin fecha en el calendario. El mecanismo biológico que permite que la mama se llene de leche, es su previo vaciado. Hay varias medidas que puedes tomar para aumentar tu producción de leche, ¡aquí te tengo 5 consejos para que lo logres!

 

1. Aumenta la frecuencia 

Lo primero que debes hacer para aumentar la producción de leche es aumentar la frecuencia de las mamadas y olvidarte del reloj. Es así de simple, la naturaleza nos lo pone muy fácil. Cada vez que amamantas tu hipófisis (glándula ubicada en el cerebro) va a descargar dos hormonas. La prolactina para producir la leche y la oxitocina para que la leche se eyecte y pueda salir.

"Mientras más estímulo, mayor producción"

Aquí la frase clave es “mientras más estímulo, mayor producción”. Si las mamadas son frecuentes (como mínimo 8 en 24 horas), los niveles de prolactina en sangre se mantendrán altos. Así la glándula mamaria responderá produciendo la leche necesaria para sostener la lactancia materna exclusiva (LME) durante los primeros 6 meses de vida.

2. Amamanta sin restricciones 

El complemento con teteros de fórmula, los horarios estrictos, limitar el tiempo que tu bebé permanece en cada pecho, traen como consecuencia niveles bajos de prolactina en sangre y baja producción de leche materna. El tiempo de succión en cada mama lo debería poner el bebé, no la mamá. De esta manera al “drenarse la mayor cantidad de leche”, será un estímulo para que la glándula mamaria se vuelva a llenar. Debes permitir que tu bebé vacíe casi por completo el pecho para que éste se vuelva a llenar.

De esta manera tu bebé llegará a tomar la leche del final de la mamada. Esta es más rica en grasas, satisface el apetito del bebé y le da la sensación de saciedad. Si limitas el tiempo de la mamada, por ejemplo: “leí en este libro que 10 o 15 minutos son suficientes en cada pecho”, el bebé no tomará la leche del final que contiene más grasa y calorías.  Además al no vaciarse la mama, la cantidad de leche producida será menor.

 

3. Asegura un buen agarre 

Tan importante como producir leche, es que ésta pueda salir de la mama. Un buen ordeño, sobre la areola (donde están los senos lactíferos donde se acumula la leche), va a permitir que la leche efectivamente pueda salir. Si el bebé succiona sólo del pezón (aquí no hay leche, solo unos conductillos muy estrechos para que la leche pueda salir al comprimir la areola), no podrá salir la leche efectivamente y al mismo tiempo el pezón se lesionará. Como consecuencia la glándula mamaria  producirá menos leche y la mami dirá “yo no pude amamantar porque no produje suficiente leche”.

Así que es igual de importante una buena succión nutritiva (que implique ordeño de la lengua del bebé sobre la areola) como que la leche pueda salir sin problemas de un pezón sano, sin grietas ni lesiones.

 

 

4. Busca un espacio tranquilo 

También es importante que te rodees de un ambiente tranquilo. Sin prisas o angustias por tener que recibir invitados o mantener tu casa en orden. El estrés es el enemigo número uno de la lactancia. Los miedos, dudas y angustias pueden bloquear el reflejo de oxitocina y esto impide que la leche salga.

Al amamantar tú y tu bebé tienen el derecho de hacerlo en privacidad, así se establecerá una conexión íntima entre tú y tu bebé. Los comentarios negativos de las personas ( “mi bebé me destrozó los pezones, “yo no produje leche”, “lo mejor es darle fórmula para que se alimente mejor”) pueden hacer dudar a una mamá reciente sobre si lo está haciendo bien.

5. Opciones complementarias 

Existen en el mercado, ciertos medicamentos que pueden actuar como galactogogos. Es decir influyen para producir más leche. Algunos ejemplos son el metoclopramide y el domperidone. Estos medicamentos son reguladores gastroesofágicos indicados en casos de nauseas y reflujos. Una acción colateral de estos medicamentos es disminuir la dopamina en la sangre (sustancia inhibidora de la prolactina). De esta manera al bajar la dopamina podría elevarse el nivel de prolactina en sangre y producirse más leche. También ciertas sustancias naturales suelen ser utilizadas como estimuladores de la producción de leche. Estas incluyen Fenugreek, semillas de Fennel, Milk thistle y otras más a menudo en presentaciones de capsulas o en formas de té.

Lo cierto es que estas sustancias no resuelven por sí mismas los problemas de baja producción causados por mamadas infrecuentes o succiones poco efectivas. Podrían mas bien ser usadas junto con un plan dirigido a solucionar la causa que originó la baja producción de leche.

Estos galactogogos pueden ser particularmente útiles durante los llamados “picos de crecimiento”. En estos momentos el bebé demandará más leche porque está creciendo más rápido. Estos picos suelen presentarse en las siguientes etapas:

  • Entre 2 y 3 semanas
  • A las 5 ó 6 semanas
  • A los 3 meses
  • A los 6 meses

Espero que estos consejos te ayuden en el lindo camino que es amamantar a tu bebé. Si tienes alguna duda o comentario puedes dejarlo abajo. ¡Gracias! ️

 


Dejar un comentario

Este sitio está protegido por reCAPTCHA y se aplican la Política de privacidad de Google y los Términos del servicio.